Imaginá que al terminar de leer estas páginas te desperezás y de repente abrís los ojos, ¿pero qué paso?, ¿estaba soñando o estaba leyendo?, ¡fue…
Todas las mañanas pasaba y te veía allí, inmóvil, mudo pero colosal. Llevabas dentro de tus paredes un mundo de historias y anécdotas. Muchas generaciones…